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Destinos turísticos para amantes del porno

Para nosotros, viajar es uno de los placeres más grandes y excitantes que puede haber. Sentirse libre de ir de un sitio a otro, conociendo nuevos lugares, nuevas culturas, probando nueva comida… Es como vivir de una manera más intensa, como llenar de color nuestra existencia. Y no hace falta recorrer el mundo durante un año entero o viajar a lugares exóticos y lejanos. Todos tenemos la posibilidad de visitar a un amigo en la ciudad donde esté viviendo. Todos podemos coger un vuelo de última hora a un lugar inesperado, por muy poco dinero. No necesitamos viajar con lujos, aunque eso tampoco está mal, desde luego. La experiencia se vive de una manera diferente y especial según cada persona, y lo que necesitamos es dejarnos llevar y abrir nuestra mente. Porque hoy por hoy todo el mundo viaja, y el sector del turismo sigue creciendo cuando ya parecía haber tocado techo.

La especialización se está convirtiendo en la nueva norma. Aquellas agencias que buscan viajes y experiencias muy concretas están destacándose, porque es muy fácil hacerlo en un sector donde todos ofrecen lo mismo. Si en lugar de crear un paquete para conocer lo típico en un viaje a Escocia somos capaces de crear una experiencia centrada en Outlander, seguramente podamos atraer a muchos fans de la serie y los libros. El recorrido será muy similar, de hecho, pero estaremos dándole un punto de vista mucho más interesante y curioso a nuestro trayecto gracias a esa conceptualización. Los viajes temáticos están a la orden del día, y cada vez son más las agencias que se suman a esta moda, porque les es muy rentable. Y es que mucha gente se define a través de sus gustos y sus aficiones, y no es lo mismo viajar a Londres para ver los monumentos de siempre que hacerlo para visitar los principales estadios de la capital inglesa. Las temáticas son tan variadas que hay para todos los gustos. Incluso podemos encontrar destinos turísticos perfectos para los amantes del sexo y la pornografía, sin tener que entrar en el terreno pantanoso del turismo sexual en sí. Conocer la meca del cine porno, entender por qué las ciudades europeas son tan ardientes… Ahora está al alcance de todos.

Un negocio millonario

Pero, ¿hay aficionados al porno de la misma forma que los hay a un grupo musical o a un equipo de fútbol? Rotundamente sí, aunque tal vez ellos mismos ni siquiera lo sepan, y mucho menos lo reconozcan. La pornografía sigue moviendo millones de dólares cada año, más en esta época en la que gracias a Internet ha podido expandirse muchísimo. Como cualquier otro negocio en la era digital, el porno ahora está mucho más disponible para una audiencia de millones de espectadores. Y eso hace que la demanda suba, y que además, sea mucho más sencillo encontrar lo que buscamos. El consumo de porno ha aumentado, y de hecho, en algunos casos puede llegar a ser peligroso, incluso adictivo. La industria mueve mucho dinero, y aunque muchos no lo reconocerán, visitar los sitios más emblemáticos del porno también puede ser un buen reclamo turístico.

Estados Unidos, la meca de la industria

Empezando por Estados Unidos, la meca del cine pornográfico por antonomasia. El país norteamericano es una gigantesca extensión de estados que prácticamente componen un continente entero. De hecho, por más que todos estén dentro de una misma nación, las diferencias culturales, sociales e incluso raciales son muy significativas según el estado que visitemos. No vamos a encontrar lo mismo en el norte de Ohio que en la soleada California. De hecho, el estado de la Costa Oeste es sin duda uno de los más conocidos de todo el país, porque en él se reúnen muchas de las principales industrias culturales occidentales. En torno a Los Ángeles y San Francisco encontramos no solo a Hollywood, lo que ya es de por sí una máquina de crear cultura, sino también Sillicon Valley, con las empresas informáticas.

No es casualidad que también sea aquí donde surgió, a finales de los 60, la industria de la pornografía. Si bien la ciudad de Nueva York también contaba con productoras y cierto arraigo por el cine erótico, el porno como industria nace y crece a la sombra de Hollywood. Y hoy por hoy sigue siendo así, ya que California ofrece las condiciones perfectas para rodajes tanto en interior como al aire libre. Hay profesionales del medio audiovisual y muchísimas chicas que llegan para ser actrices comerciales o modelos y acaban tentadas por el porno. En los últimos tiempos, Las Vegas también se ha convertido en una ciudad importante para la industria, por la manera en la que se entiende aquí el trabajo sexual. Al estar tan cerca, Los Ángeles y la Ciudad del Pecado pueden ser un recorrido perfecto para los amantes del cine X.

Las capitales europeas del porno

Y si en Estados Unidos la industria creció centralizada al amparo de Hollywood, en Europa ocurrió todo lo contrario. Cada país contaba ya con su propia industria audiovisual, destacando Reino Unido, Francia, Alemania e Italia. En los años 60, los filmes de explotación sexual comenzaron a rodarse de manera habitual en estas naciones, y en los 70 llegaría un nuevo boom, gracias a la inclusión de otros países como España. Pero seguía siendo cine comercial, aunque con escenas muy explícitas en cierto sentido. Tras la caída del muro de Berlín y el avance de Europa del Este, las cosas cambiaron mucho en el continente. Ya para el cambio de siglo podíamos encontrar diferentes epicentros del porno europeo, en ciudades como Roma, Barcelona, Berlín, Praga o Budapest.

Hoy por hoy cualquier país cuenta con los medios para rodar porno, pero eso no significa que se tenga una industria. No es necesario, de todas formas, ya que cualquier pequeño productor puede conseguir, con apenas una cámara y un par de fotos, grabar algo de calidad que haga mucho dinero en Internet. Hacerlo en un pequeño estudio, en un apartamento, o incluso al aire libre. Ver estos vídeos en la red y conocer los lugares por donde los actores y actrices se mueven, interactúan e incluso tienen sexo. En las playas de Barcelona o Mallorca, en las calles de Praga y Budapest, en los rincones más eróticos de Ámsterdam o en una habitación con vistas a la Torre Eiffel. Para que luego digan que los amantes del porno no son románticos…

Latinoamérica, la nueva expansión

Si bien Latinoamérica ha estado hasta el momento un poco en segundo plano en lo que a la industria del porno se refiere, las cosas están cambiando. Gracias a la democratización de la propia tecnología, hoy por hoy cualquiera puede hacer porno de calidad en su casa. Mexicanos, argentinos y colombianos están tomando la delantera, creando un contenido muy especial que además está teniendo mucha conexión con el público internacional. Al ser grabado en español, el mercado al que aspira este porno es el latino, lo suficientemente grande hoy por hoy como para permitir este tipo de productos. Latinoamérica va a seguir expandiéndose, y desde luego, ofrece muchos lugares interesantes y vistosos para visitar, con el punto extra del morbo de poder conocer a alguna actriz pornográfica de las que aparecen en nuestras escenas favoritas.